lunes, 7 de septiembre de 2009

El Poder Originario

Se atestigua en mi retina las diferentes masas que a diario transitan la ciudad. Grupos organizados cortan como el amoníaco el aire para imponer su protesta aislando al Estado de cualquier derecho. A veces, abruptamente logran estos grupos, deshacer el Estado de Derecho, encajonan cualquier Código, paralizan todos los derechos e imponen sin temor alguno su impronta. Como soldados cegados de primera línea, avanzan instauradamente para izar sus banderas.

De origen romántico, las luchas de clases han contado su historia en la humanidad, las convicciones de un mundo igualitario y la idea de una justicia social se representó en distintos escenarios mundiales combatiendo con ideas, aferrados a una ideología con espíritu de lucha en post de reconocimiento de todos los sectores, de sumar pensamientos, de ser oídos y representados.

Ahora bien, sabiendo que el pueblo no gobierna ni delibera, en este tiempo contemporáneo, existen dichos grupos organizados imperantes de posicionamientos rígidos y ocultos como así se muestran, que tienen el poder o se les permite tenerlo y detienen sin consentimiento previo el
Estado de Derecho que supuestamente defendemos por lo difícil que fue conseguirlo.

En un simple repaso de rutina, cualquier ciudadano que vive por estas calles puede enfrentar la ausencia de seguridad estatal frente al paso de estos grupos organizados conocidos con identidad oculta. Se paraliza el tiempo en medio del avance de la protesta, los guías coordinan un enjambre de seguidores dispersos de la causa aunque unidos en paso sin rumbo cierto.

El movimiento de masas sin pensamiento se manifiesta, la ignorancia es notablemente visible frente al paso organizado en su periferia y la triste verdad de la falta interna de convicción y razonamiento de los seguidores contratados.

Es así, como la industria de la protesta se presenta en un medio cada vez mas ausente de educación con los riesgos y costos que conlleva la falta de un proyecto ideado en el bien común de toda una nación y olvidando así el valor de la moral que día a día se aleja su limite impostando silenciosamente nuevos parámetros de tolerancia al desorden.

No es un dato menor la falta de moral ya que es la permite tomar como cierta cualquier ley, en ausencia de moral y buenas costumbres nos estaremos enfrentando a la barbarie, a la ley del mas fuerte.

El detrimento de pensamiento aún me sorprende ya que hace poco menos de 30 años muchos
lucharon y sufrieron por la falta de un Estado de Derecho y hoy cualquiera de nosotros convivimos en pequeños momentos reiterativos, con el despotismo y la inacción de un Estado por la conservación de las leyes que nos protegen, esta combinación de sectores que previamente negocian a puertas cerradas creen tener en sus manos la decisión de muchos de nosotros, se creen poderosos por manifestar y negociar, ambos bandos utilizan los medios necesarios para fomentar su propio poder, creen y hacen creer, aventajados por la ignorancia que generan ellos mismos, que el poder es de ellos, razón por la cual invaden calles y avenidas, utilizando los medios de transporte sin abonar boleto, cosa que cualquier trabajador paga por su viaje y se aumenta el orgullo de la industria del pobre llenando una plaza céntrica televisada y olvidando así en el fervor de los bombos que vivimos en un Estado Federal por suerte extenso.

Es ahora cuando pregunto de quien es el poder, original o derivado? Quien tiene el ejercicio del poder para regir el orden que nos contempla o intenta hacerlo y si lo hace en su totalidad? Porque me encuentro con espacios de ausencia estatal? Porque vivo momentos de desprotección y no solamente frente a una manifestación? Es la inoperancia o el desinterés?

Mi propuesta de pensarlo todo de nuevo, me lleva a decir que podemos evolucionar del desorden destructivo institucional apostando siempre a una educación social, al entendimiento de soluciones conjuntas, al valor del poder originario que tenemos, que solo lo delegamos para obtener un orden social y no lo dejamos gratuitamente en manos de unos pocos para que se crean hegemónicos del control del poder, no es suyo, el poder es nuestro y brindémoslo para construir entre todos y para todos un Estado Federal conciente de todos nosotros, solo la igualdad protegida debidamente nos ayudará a oír el rumbo social progresista.

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